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domingo, 13 de noviembre de 2011

Cuidado de la Piel


Durante el invierno, las calefacciones deshidratan la piel y hay que acostumbrarse al frío y viento. Estos son factores que empiezan a dejar la piel más sensible y seca.

La piel que básicamente es sensible y más seca sufre en ambientes que contienen baja humedad, ya que los sistemas de calefacción quitan la humedad natural de la piel. Cuanto menos humedad hay, más rápido se evapora el agua de la piel.

La humectación diaria y regular es indispensable para mantener la humedad natural de la piel. Un buen jabón humectante agrega agua necesaria a la piel, pero lo más importante es que la mantiene.

Podemos intentar bajar la temperatura de las calefacciones cuando se pueda y aplicar un producto humectante, en crema o jabón.

Bajar la temperatura del agua al tomar un baño o ducha, y que la duración del mismo no sea tan larga.

Tomar mucha agua. El cuerpo necesita agua, pero si no tiene la necesaria, la tomará de la piel.

Hay que estar atento al tipo de jabón que se usa. Muchas personas usan jabones desodorantes o antibacteriales que en invierno contribuyen a la sequedad. Es mejor usar limpiadores con pH balanaceado/neutro, para piel seca, o que contengan algun humectante o emoliente adentro.
Algunos cuidados que debemos darle son: restregarla suavemente para aumentar la circulación, hidratarla, mantenerla limpia, vigilar las enfermedades que pueden afectarla, no exponerla a riesgos innecesarios y mantener una alimentación adecuada.

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